Quedé con unas amigas, Laurita y Carito, en vernos en la entrada del IC
norte y de ahí mi mamá nos llevaría a la feria del libro. Al llegar a la
entrada de la feria exposición, quedamos desorientadas porque no había gente y
no sabíamos si estábamos en la entrada correcta. Caro se animó a preguntar en
la boletería y si, estábamos en la puerta correcta, compramos las entradas y entramos,
una vez adentro Caro nos condujo hacia el primer pabellón al de Estados Unidos,
dónde nos quedamos un buen rato viendo todos los libros, sin preocuparnos por
sus precios, hasta que una vieja amiga apareció y me dijo que los mismos libros
estaban más baratos casi al final del pabellón.
Así fuimos paseando stand por stand viendo libros que teníamos y que somos capaces
de volver a comprar y otros libros que quisiéramos tener, pero las billeteras los
rechazan.
A Caro le gustan los libros sobre la segunda guerra mundial, a Laura le
interesan más las novelas de John Green, a quien no, y gatos, mejor si son
libros para colorear para adultos. Yo busque en toda la feria libros sobre cine
ya que me encanta, pero cada libro que encontraba era bastante caro, hasta que encontré
un libro de precio razonable de Alejandro Jodorowsky, un cineasta chileno, que
al moverlo de su lugar mostró otro libro de él y me di cuenta de que eran seis
en total (una serie), así que no comprE ninguno.
Pensé que la feria estaba llena, pero siempre nos encontrábamos con las
mismas personas, y no sobrepasaba los 40 o 50 visitantes.
Empezamos a buscar personas para entrevistar, pero nos distrajimos viendo más
libros, más tarde encontramos un stand de comics igual caros, sus llaveros lo
mismo, así que fuimos al del frente que resultó ser de la misma marca, encima
de un mueble alto había un peluche de Totoro. Para quienes no conocen a Totoro,
él es un personaje de la película Mi vecino Totoro del estudio Ghibli y del
director Hayao Miyazaki, una película que marcó mi infancia, así que lo bajé y
con Laurita nos emocionamos hasta que nos dijeron su precio: Por hacer un
comentario les dije que deberían bajarle un poco su precio porque no lo van a vender,
a lo que los dueños respondieron con cierto tono soberbio, claro que se va a
vender. Ayer domingo una amiga me contó que el peluche sigue en el mueble alto
y tapado por un saco de Totoro, jejeje.
Con Laurita nos sacamos fotos con el peluche y creo que con eso basta por
ahora…
Ya más tarde hicimos unas cuantas entrevistas, terminamos de ver todos los pabellones,
y decidimos salir a comer, Caro no sabía
que comer hasta que se decidió por un sándwich de pollo, mientras comía, Laurita
me contó sobre un animé que mira “Tokyo ghoul”, bastante interesante, "comienzo
la maratón en vacaciones de invierno", dijo.
Nos dimos cuenta de que éramos casi las últimas en la feria y cuando
quisimos irnos por la puerta principal estaba cerrada, le preguntamos a un
guardia por dOnde podríamos salir, pero no quiso responder.
Encontramos a otros encerrados, un señor y una señora que trabaja en la
feria y que sabía dónde estaba la otra salida, mientras los seguíamos, mi mamá
me llama y me pregunta alterada y enojada dOnde estaba, le expliqué que estaba
encerrada en la feria y que estábamos buscando la salida, pero eso no la calmó
me pidió que corriera porque teníamos que recoger a mi papá, pero era de noche
y la linterna de mi celular no es tan fuerte así que camine a mi paso hasta la
salida donde rápidamente me despedí de mis amigas.
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