El 25 de mayo, primer día de la feria del libro, los pasillos se encontraban casi vacíos y solamente se apreciaba la presencia de algunas personas que curioseaban los libros en los diferentes stands de la feria.
El primer día siempre suele haber poca gente, ya que los stands están terminando de acomodar los libros o terminando de realizar sus respectivas decoraciones, pero eso no significa que no sea un buen día para ir y deleitarse con lo que la feria tiene para ofrecer. El primer día es ideal para ir y dar un vistazo de manera tranquila y sin que un montón de gente esté quitándonos el oxígeno o aplastándonos al caminar.
El mismo 25 de mayo la librería Ateneo ya estaba lista, con todos sus libros y personal preparado para los clientes, a los que les regalaban un delicioso café caliente para que tomaran mientras observaban las estanterías llenas de libros y para "entrar en calor".
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